lunes, 2 de septiembre de 2013

Pancho Figueroa - Polo Román: Con el sello de Los Chalchaleros Dos de los cuatro integrantes del histórico grupo volvieron a los escenarios, juntos. Editaron el disco “Se va la segunda”, con el que harán un show en el Coliseo. Cuentan por qué regresaron, idénticos a sí mismos. Y hablan de los folcloristas jóvenes. Por Diego Jemio.

Todo es telúrico en este quincho en Núñez. En el último piso de la casa, a unas cuadras de la cancha de River, hay mucha madera y cuero. Al costado, el atril de un piano deja ver la partitura de Zamba de mi esperanza. Hay muchas fotos de Los Chalchaleros con otras celebridades folclóricas y de Hollywood, como Rock Hudson. Hay vinilos y compactos de música de raíz, pero también muchos de jazz: Benny Goodman, Ray Charles, Ella Fitzgerald, Miles David, el “Gato” Barbieri y Frank Sinatra. Buen gusto, tradición. Algunas botellas de whisky refinado y carteles con alegorías simpáticas a la buena bebida.
La casa es de Ricardo Francisco Figueroa. “Pancho” -para el mundo del folclore- fue parte de Los Chalchaleros durante casi 40 años. A su lado, recién llegado de Mar del Plata, Eduardo “Polo” Román pispea el fuego de un asado que va tomando forma. Hace más de diez años, después de la despedida maratónica del grupo que también integraron Juan Carlos y Facundo Saravia, cada uno siguió su camino.
“Pancho” continuó dando unos conciertos en todo el país. “Polo” estuvo triste unos años hasta que decidió salir de nuevo por los escenarios con su bombo. Ahora, decidieron juntarse otra vez, pero como dúo. Sacaron el disco Se va la segunda y están por presentar un show en Buenos Aires (Cuándo...) con el mismo nombre.
El repertorio y el sonido, aunque no estén los Saravia, sigue siendo “chalchalero”; en la lista figuran Luna cautivaChacarera de un tristePlaza 9 de JulioDe mi madre y Zambito del patio y tierra, entre otras. Y sigue inmutable ese estilo sencillo, austero, de última sílaba suspendida que luego copiaron tantos grupos. Sigue firme el pañuelo al cuello y las botas de caña alta. A veces, la felicidad es que nada cambie.
Los Chalchaleros hicieron largas giras de despedida por todo el país y ahora regresan dos de los cuatro integrantes del grupo. ¿Por qué decidieron volver?

Figueroa : A mí me contrataron para cantar en un casino de la provincia de Buenos Aires, en Quilmes. Entonces, le pidieron a mi hijo que buscara a otro grupo o a otro artista para completar la programación. Yo le dije: “Llamalo a Polo”. Cantó él con su guitarrista, y yo con un grupo de chicas, en una orquesta de cuerdas y bandoneón. Fue el año pasado. La gente se paró a aplaudir, y fue muy emotivo para ellos. Entonces, nuestros hijos nos dijeron: “¿Por qué no cantan juntos?” Y nosotros al ratito dijimos: “Bueno, metámosle”. Estamos viviendo momentos lindos y reviviendo las canciones más emblemáticas de Los Chalchaleros. La gente en la calle nos dice “¿por qué nos dejaron tan huérfanos y se fueron?” Román : La gente tiene tristeza de que no estamos más Los “Chalcha”. Fue un momento muy lindo en nuestras vidas, pero ya se terminó.
El sonido y el repertorio remite indefectiblemente al grupo. ¿No quisieron darle una vuelta a esta nueva propuesta?

Figueroa : No sabemos cantar de otra manera. Yo tengo el sonido chalchalero en la cabeza. Me refiero al punteo, al rasguido chalchalero... Sentimos una emoción por estar cantando como Los Chalchaleros otra vez. Es una forma de ser, de comprender la música... Yo hacía la primera y “Polo” la segunda. Sale igual. La gente nos identifica así. ¿Cómo vamos a cantar de otra forma?
Román : No hay nada nuevo, hermanito. Con Los Chalchaleros hicimos un repertorio de unas 900 canciones. La música brota sola. Falta que suene un acorde para que vengan a la mente las letras. Como dúo suena muy bien. Es placentero para nosotros hacerlo, y a la gente le trae muchos recuerdos.
¿Hablaron con los Saravia sobre este regreso?

Figueroa : No. ¿Por qué tendríamos que hablar?
Bueno, porque son los otros dos integrantes del cuarteto.

Figueroa : Facundo tiene una carrera solista. El Gordo (Juan Carlos) no quiere cantar más. Está retirado y en el directorio de SADAIC. Nosotros sí tenemos ganas de seguir cantando. Por eso, el espectáculo y el disco se llaman Se va la segunda. Porque la primera ya fue. ¿Me entendés? Esta es una segunda etapa. Y no creo ya que vaya a haber una tercera.
¿Les gusta algo del folclore que se hace ahora?

Román : Los Huayra, Los Nocheros, Los Tekis... No estoy de acuerdo con usar tanta batería. Para mí, con el bombo y la guitarra sobra para alcanzar un sonido folclórico. Quizá se perdió un poco ese sabor de otra época, pero la gente y las formas de cantar van cambiando. No habrá más un Eduardo Falú, un Jaime Dávalos, un (Atahualpa) Yupanqui, que investiguen tanto sobre la vida de su época. Don Ata, por ejemplo, hizo muchos viajes a caballo por los rincones del país, que conoció muy bien. Y eso se nota en la profundidad de su canto.
Figueroa : A mí me gustan Los Chalchaleros.
El grupo está en los discos y en la memoria de la gente, pero se separó hace más de una década...

Figueroa : Escucho poco folclore. No el que me gustaría escuchar. Pienso también en Eduardo Falú, Atahualpa, Los Fronterizos, Los Chalchaleros, que tienen ese perfume, ese paisaje, esa identidad nacional. Los chicos de ahora cantan otra cosa totalmente distinta al folclore. Nosotros hacíamos proyección folclórica; ahora se hace una fusión con jazz, cumbia, música romántica y otros ritmos más. Lo nuestro tenía otra identidad, con ritmos que se olvidaron. Hoy todo es chacarera y zamba; se perdieron las tonadas, los valses, las cuecas, los rasguidos dobles y las chamarritas. ¡Hay tantos ritmos folclóricos bellísimos en nuestro país! Hoy se escuchan malas baladas en lugar de una buena zamba.
Habla como si no hubiese una salida, como si el folclore estuviese muerto...

Figueroa : No, porque sigue estando a través de los discos. Los nuevos grupos le pusieron al folclore una serie de instrumentos que no tienen nada que ver con el género. Suenan a otra cosa distinta y tienen otro sabor. Para ellos, es el nuevo folclore, pero terminan teniendo otra identidad. Yo empecé cantando como chalchalero y moriré cantando como chalchalero. fuente:clarin.com

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