martes, 6 de agosto de 2013

Miguel Mateos: “La soledad es peor que la inseguridad” A punto de iniciar una gira para presentar su nuevo álbum, el músico asegura que la raíz de todos los problemas está en los desencuentros. Por eso vuelve a proponer la alegría como antídoto. Y critica a algunos colegas. Por Gustavo Bove.

Miguel Mateos está feliz. El otrora capitán de Zas entró en la madurez de su carrera sin tener que rendir cuentas a nadie, con la energía de sus comienzos intacta, contenido por un pasado que se encapricha en no abandonarlo y un presente que lo planta en el pedestal de la música popular.
Así, los últimos años lo encontraron celebrando su carrera, ya sea regresando al Luna Park con las bodas de plata deRockas vivas o exhibiendo sus diplomas en el álbumPrimera fila. A cinco inviernos de su último disco en estudio, Fidelidad, el creador de Va por vos, para vossintió la necesidad imperiosa de dejar en pausa a la nostalgia y soltar un nuevo capítulo discográfico.
Coincidiendo con su estado de ánimo actual, Mateos bautizó a su flamante trabajo comoLa alegría ha vuelto a la ciudad, casi una carta de intención más que un mero título. Sin la ira que lo empujó a componer Huevos, el superhéroe de los ‘80 defiende la sonrisa como único antídoto para todos los males de este mundo.
¿Cuál fue el punto de partida que te llevó a componer este disco?

En un momento, empiezo a escribir sobre los desencuentros y la soledad. Siempre digo que la soledad es peor que la inseguridad. A partir de este punto de vista conceptual, empecé a armar las letras. Incluso, hay una canción llamada La bestia en mí que está escrita en primera persona, aunque obviamente no habla de mí. Hoy veo que sigue habiendo bestias como el portero que mató a la piba, o la gente que abusa de menores. El principio de todos los problemas de estas “bestias” tiene que ver con la soledad.
Se nota que la permeabilidad hacia la problemática social sigue intacta en vos...

Nunca podría estar lejos de la realidad. A pesar de que me aíslo en mi estudio, sigo siendo muy permeable. Cuando prendo la televisión, veo una pelota de malos entendidos que me siguen afectando. Veo que todos tienen un manual de instrucciones que debemos cumplir con determinada rigurosidad; como si te dieran un GPS para vivir. Soy un tipo que lee diariamente 4 o 5 diarios; sigo interesándome en la economía del mundo; sigo pensando que el que se va de la Argentina pierde. Creo firmemente en el futuro de este país. Toda la vida aposté por la industria nacional, fui un fomentador de ello, y apoyo desde guitarras y amplificadores fabricados acá, hasta cine, teatro... Lo que veo mal es el tema de los privilegios. A mí juicio, ciertos artistas de acá deberían tener cierto recato y no participar de ciertos eventos.
¿A qué te referís?

Por ejemplo, yo tocaría gratis en la (Avenida) 9 de Julio en una fecha patria. Hay que tener cierto decoro...
Por ejemplo, ¿cobrarías dos millones de pesos por dar algunos conciertos para el gobierno?

¡No! Yo fui invitado a la Casa de Gobierno y fui gratis, no cobré ni un peso. Y me di el gusto de cantar Huevos y Los argentinitos en la Casa Rosada. Veo bien que se apoye a los artistas nacionales, pero no veo bien esa cuestión de los privilegios.
Sin embargo, se te ha castigado duro por irte a vivir a los Estados Unidos y, justamente, en este disco hay un tema llamado “Wonderland”, donde decís: “Yo soy del Sur de América / Mi hijo es de acá / Cuando me tuve que ir, fue sólo pena y dolor”... ¿Necesitabas dejar eso bien claro?

Que se me haya crucificado por esa cuestión es un delirio total. Siempre he sido un embajador de la Argentina desde todo punto de vista, y se sabe fehacientemente que yo me fui de acá porque no tenía laburo. Esa es la verdad. Me fui en el 90 y tengo una respuesta hacia los ‘90 que es el disco Pisanlov. Mirá: con disco o sin disco, con hit o sin hit, con apoyo o sin apoyo, seguí haciendo giras desde Chicago hasta Ushuaia, y seguí llevando una bandera. Cuando fui a México y abrí la puerta para el rock en español, siempre dejé en claro que soy producto de Los Gatos, de Vox Dei, de Almendra, de Sui Generis... Desde mi madurez de hoy, esa patriada la veo como algo que había que hacer, no me pongo el traje de gladiador, ni de prócer ni de nada.
Siendo tan defensor de la Argentina, ¿qué te genera ver en los titulares de todo el planeta a Jorge Bergoglio, Lionel Messi, Máxima Zorreguieta o Gustavo Santaolalla con sus Oscar?

¡Alegría! Por ejemplo, Bergoglio me parece un tipo ejemplar. Me parece que toda esta gente son símbolos y lograron hitos que son importantes y para tener en cuenta.
Cuando festejaste las bodas de plata de “Rockas vivas”, bregaste por recuperar la alegría de los ‘80 y tu nuevo disco se llama “La alegría ha vuelto a la ciudad”...

Es la confirmación de aquella idea. Tiene que ver con ese afán de recuperar la alegría, de ver gente sonriendo. Quiero dar ese mensaje. Definí este título por aquello que había declarado en este mismo diario. Incluso... ¡Hasta tiraría papelitos en mis conciertos! (risas) ¿El Miguel Mateos de hoy es muy diferente al de hace 25 años?

No. Soy un tipo que se levanta a las 8 de la mañana y va a trabajar al estudio. Yo trabajo todo el día y para mí esto es una profesión que adoro. La música es la única razón de mi existencia. Es mentira los que te dicen que esto no es un trabajo. De alguna u otra manera, todos trabajan. A mí, la musa me agarra siempre trabajando, no es que está volando y me agarra a la noche, durmiendo.
¿Sentís que el lanzamiento de este disco es otra oportunidad de re-posicionar tu carrera?

Te lo voy a responder de esta manera: mi libertad no me la caga el hecho de no tener un disco exitoso. Lo que te limita como artista es no tener un plato de comida decente adelante tuyo. En estos años, siempre he tenido la posibilidad de seguir haciendo música, de seguir creando historias, canciones. Tengo un público en toda América, y aún hay gente que sigue apostando por lo que yo hago. Soy un artista con llegada y tengo en la espalda una trayectoria que me avala... ¿¡O vos te crees que son todos tarados!? fuente:clarin.com

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