lunes, 18 de marzo de 2013

PINAMAR "Elena Roger" brilla como una cantante lírica en "La vida anterior" La cantante y actriz Elena Roger, que adquirió celebridad internacional como voz principal de obras musicales como “Evita” y “La Piaf”, protagoniza “La vida anterior”, una película de Ariel Broitman en la que compone a una aspirante a cantante lírica.

La película se presentó en la novena edición del encuentro de cine argentino-europeo Pantalla Pinamar, en la sección “Hoy es mañana”, donde también fueron exhibidas “Motín en Sierra Chica”, filme de Jaime Lozano sobre el sangriento motín en 1996 de un grupo de presos de esa cárcel de máxima seguridad, y “8 tiros”, de Bruno Hernández, un policial con Daniel Aráoz, Luis Ziembrowski y Leticia Brédice.Con Sergio Surraco y Esmeralda Mitre, la opera prima de Broitman aborda la relación entre Ana, que sueña con cantar ópera, y Federico, músico y pintor frustrado, quienes forman una pareja cuya existencia anodina entra en crisis y se modifica con la aparición de Ursula, bella y dueña de una voz excepcional, de la que ambos se enamoran.

“Intenté desarrollar mi canto lírico hasta lo máximo que pude. Igualmente, Ana no es genial como cantante, pero sí tiene los sentimientos a flor de piel y en el ambiente de la ópera ella debe pasar por diferentes situaciones, esperar su turno, resistir la competencia reinante”, señaló Roger en una conferencia de prensa.

Por su parte, Broitman recordó que trabajó dos años para escribir una adaptación de la novela “La maestra de canto”, de Silvia Arazi, quien lo ayudó en la escritura del guión, pero subrayó que “no quería hacer literatura filmada. Para adaptar, como decía Bioy Casares, hay que leer el libro y luego cerrarlo”.

“Es una película que no tiene peripecias, sino que trabaja mucho con los climas y con la combinación de diversas artes (Surraco interpreta a un artista multifacético que pinta, escribe y toca el violoncelo) y una de las cosas que me propuse fue hacer un contrapunto entre la ópera y el tango”, agregó el director.

Otro de los filmes exhibidos en Pantalla Pinamar fue “Motín en Sierra Chica”, de Jaime Lozano, con Alberto Ajak, Valeria Lorca, Luciano Casaux, Jorge Sesán, Daniel De Vita y José Glusman, que evoca –en forma de crónica con estética televisiva- el sangriento motín que se produjo el 30 de marzo de 1996 en el penal de máxima seguridad de Sierra Chica.

Se trató de uno de los alzamientos más sangrientos y cruentos de la historia carcelaria argentina, en el que un grupo de presos conocidos como los Doce Apóstoles inició una revuelta con el fin de ganar tiempo mientras cavaban un túnel para fugarse, tomando rehenes, perpetrando varios asesinatos y ajustes de cuentas y -si bien no está del todo confirmado- cometiendo algunos hechos de canibalismo.

El descontrol en la Unidad 2 de Sierra Chica duró ocho días, en los cuales la banda liderada por Marcelo Brandán Juárez y Jorge Pedraza –que recibieron el nombre de los Doce Apóstoles por llevar a cabo el motín en Semana Santa- mantenía el liderazgo de 1500 presos, mataron a siete reclusos, a quienes descuartizaron y quemaron, y mantuvieron cautivos a 17 rehenes, entre ellos la jueza María de las Mercedes Malere y su ayudante.

La revuelta se inició por un frustrado intento de fuga y luego sirvió de excusa para saldar las cuentas pendientes entre dos grupos: el de los Apóstoles y el que lideraba Agapito "Gapo" Lencinas, a quien acusaban de ser asesino de presos y “buchón” de la policía, y al que decapitaron e incineraron junto a otras víctimas en el horno de la panadería del penal.

“La película es una ficción y no intenta ser un relato exacto de los hechos. Fuimos conscientes de que siempre hay dos verdades, la de las víctimas y la de los victimarios, la de los presos y la de los rehenes”, explicó Lozano en Pinamar, y añadió que trató de construir una película “que reflejara el propio caos de esa semana sangrienta. Sin héroes ni protagonistas excluyentes”.

Lozano, que se basó en artículos periodísticos y en los testimonios tomados durante el juicio, señaló que “de allí surgían un montón de anécdotas que no se saben si son ficciones o realidades. Sin embargo, intentamos mantener el relato en esa línea”, que en la película se ve expresada por un estilo realista casi televisivo pero que contrasta con situaciones artificiales e inverosímiles. ver nota completa en su fuente:telam.com.ar

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