lunes, 26 de septiembre de 2016

Melina Moguilevsky presenta su segundo disco, "Mudar" “Yo me mudé adentro mío”, asegura la cantante y compositora como fundamento del enorme desafío que plasmó en su reciente trabajo que el sábado, desde las 21, presentará en Caras y Caretas.

Con el sol bañando el living del departamento que habita en una zona porteña donde se confunden los límites de los barrios de Colegiales, Belgrano y Chacarita, la artista de 29 años atribuye el sorprendente despliegue plasmado en “Mudar” a “la necesidad de callarme un rato e irme un poco para adentro”.
“Aproveché varias situaciones personales que me hicieron cuestionar mucho la forma de decir e hice un trabajo grande porque tuve ganas de enfrentarme a varios miedos que me hacían dar muchas vueltas para decir las cosas”, confiesa Moguilevsky durante una charla con Télam.

En el mismo sentido, la hija del vientista Marcelo Moguilevsky que también forma parte del grupo Quaderno Vivo, apunta que “hubo unos grandes cambios en la vida que me hicieron atravesar procesos que me llevaron a decir más directo, a mostrar más cómo pienso y lo que siento”.

Para Melina, el cambio incluyó a la música y por eso quien debutó con “Árbola” indica que “antes, a la hora de componer, trabajaba momentos más abiertos, de improvisación, pero ahora siento que se consolidó mucho la canción. Algo se condensó hacia el formato canción aunque sea libre o tenga un estilo no muy clasificable”.

Con 14 canciones propias y una banda que integran Tomás Fares (piano y coros), Lucio Balduini (guitarra), Ezequiel Dutil (contrabajo), Martín Rur (clarón, saxo soprano y coros) y Mario Gusso (batería, percusión y coros), la muchacha descubrió cómo se había plasmado la nueva apuesta.

Pero para las jornadas de grabación de “Mudar”, entre junio y julio pasados, se sumaron un cuarteto de cuerdas y un sexteto de vientos y, después, todo un arte dirigido por María Birba para el que se acoplaron Juan D'Alessandro (video) y Patricio Tejedor (luces), aportes de un equipo que aspira a ponerlo todo en la función del sábado en la sala sita en Sarmiento 2037.

“Creo que es la oportunidad de hacer 'Mudar', que es muy complejo y muy diferente en cada uno de los 14 temas, tal cual es y de incluir una puesta de visuales que estamos preparando sobre todo ese mundito que se aprecia en el arte del disco”, anuncia la hermana mayor de Bruno, el pianista que integra el bello grupo folclórico La Maderosa.

Télam: ¿Cómo llegaste a semejante despliegue?
Melina Moguilevsky: No me lo esperaba tanto. Se fue expandiendo mucho en un período muy corto, empezó a crecer y terminó siendo un disco grande y súper producido en el que me dí los gustos de hacer lo que quería y me lo fui permitiendo a sabiendas de que había hacerlo rápidamente. Pero como la música estaba toda planteada, estaba bueno grabar y presentarlo sin dar muchas vueltas y yo soy medio locomotora para adelante.

T: ¿Es un disco que obedece a un momento personal?
MM: Sin dudas. “Mudar” es atravesar, es movimiento, es atreverse a no quedar pegado a una forma, a una forma de uno, a una forma de hacer las cosas. Y salir de ese lugar seguro y tomar esos riesgos y preguntarse En cuanto uno se va acomodando, por no decir achanchando, en esa seguridad, uno deja de buscar o ya no toma esos riesgos de correrse. Pero la vida misma, por suerte, te hacen cuestionarte para seguir buscando.

T: ¿Qué suceso refleja ese sacudón?
MM: Un viaje muy intenso por África del oeste que encaré por búsquedas viajeras. Pero esas transformaciones de paradigmas y de cabeza sirven para repensar la vida y el arte también.

T: ¿Es desde la capacidad vocal que se permite usar la voz como instrumento?
MM: Me surge usar la voz como instrumento porque desde chica no tuve diferenciada a la voz para cantar canciones o usarla como instrumento ya que jugaba a cantar lo que sea, ya sea música clásica o Hermeto Pascoal. Y componiendo me surge mucho hacer interludios musicales donde canto. Pero en “Mudar” me gustó poder unir esos mundos por esta necesidad de decir la palabra más directa y que la voz esté metida en la canción de un modo orgánico.

T: Pero la voz sigue siendo protagonista...
MM: Claro, son los usos de la voz de otras maneras. Pero en “Pájaro nadador” aparece esa paleta tímbrica y me despacho con todos los seres que me habitan y los dejo salir a jugar.  fuente: telam.com.ar

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