miércoles, 19 de junio de 2013

TEATRO EL CUBO Patricia Palmer deslumbra en "Juana La Loca" Patricia Palmer ofrece una formidable actuación en "Juana la Loca", escrita y dirigida por Pepe Cibrián Campoy, que finaliza sus representaciones en Capital Federal el domingo 30 en la sala El Cubo.

Además del trabajo de la actriz, sorprende gratamente el texto de Cibrián, que abandona por una vez esos trabajos recargados que concibe junto a Angel Mahler y se sumerge en algo paradójicamente muy musical y muy estético pero profundo, que confía más en la palabra que en el gran espectáculo, como experimentó él mismo con el unipersonal "Marica".

"Juana la Loca" habla sobre el amor generado en el personaje real del siglo XVI por el rey Felipe el Hermoso, un palurdo que fue el único hombre (posible) en su vida y al que le reclama ser vista como una hembra, en una evidente visión de mujer actual, muy distinta de lo que era una mujer, aun reina, en la época que le tocó vivir.

En sociedades en que la mujer estaba en relación de dependencia de su padre, su marido y sus hijos -en esa cronología- para cualquier actividad, Juana vivió la mayor parte de su vida recluida contra su voluntad y fue una gobernante sin poder efectivo a pesar de los largos títulos que abonaban sus dominios.

El texto tiene pasajes en octosílabos, que Palmer desliza con verdadera pericia, con gracia, energía y una femineidad explosiva, en una comprensión psicológica del personaje que maneja junto al director con la mayor eficacia.

Palmer y Cibrián Campoy no hacen arqueología. No interesa que quede del personaje histórico más que un espinazo, sino que ellos indagan cómo el género mujer fue puesto en segundo plano a través de la historia y, sobre todo, en la historia del poder.

Hay encierro, súplica, indignación, una lacerante escena de autosatisfacción que tiene más que ver con lo desesperado que con el placer, y hay aroma a Lorca, a esos "dramas de mujeres en los pueblos de España", con la reina convertida en servidora por arte del amor y el deseo.

La actriz mendocina fue alguna vez un rostro bonito en la TV, donde demostró que además era una buena libretista -"Los ángeles no lloran", por Canal 9-, creció hasta brillar en obras teatrales como "Rudolf" y "La música", con el gran Osmar Núñez, y se transformó también en docente y emprendedora teatral con su Taller del Angel, en el barrio de Palermo.

Aquí corrobora una madurez física e interpretativa que le permite transitar la escena por más de una hora con absoluto dominio de sus energías, con leves cambios de voz para hacer dialogar a varios personajes -su madre Isabel la Católica, su marido Felipe, una servidora- sin los habituales desplazamientos físicos.

Todo servido de la mejor manera, sin aspavientos, con una expresiva utilización de las luces (de Cibrián y Carlos Gaber) y con un abigarrado vestuario de Alfredo Miranda que puede transformar la bata real en otras prendas, incluso una mortaja.

Toda "Juana la Loca" es un gran ejercicio escénico, concebido como un todo en lo conceptual y lo estético, que subraya la consagración de una actriz sensible y apasionada y el nuevo rumbo de un autor-director preocupado por dejar su nombre en lo más alto."Juana la loca" se ofrece en el teatro El Cubo, Zelaya 2053, sábados a las 20 y domingos a las 19 hasta el 30 de junio, tras lo cual iniciará una gira por el país. fuente:telam.com.ar

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