jueves, 9 de mayo de 2013

La eterna vigencia de Pablo Neruda, el poeta que escribió para el pueblo En septiembre de 1973, poco después del golpe militar, moría en Santiago. A 40 años de su desaparición física, su poesía sigue viva. En un proyecto conjunto, Tiempo y Grupo Planeta Argentina acercan a los lectores su obra esencial. A partir del 22, la obra del reconocido escritor chileno estará en los kioscos con Tiempo Argentino.

No escribo para que otros libros me aprisionen / ni para encarnizados aprendices de lirio, / sino para sencillos habitantes que piden / agua y luna, elementos del orden inmutable, / escuelas, pan y vino, guitarras y herramientas. / Escribo para el pueblo” dijo Pablo Neruda en su poemario Canto General, publicado en 1950 con ilustraciones originales de los muralistas mexicanos Diego Rivera y David Alfaro Siqueiros.  Entre viajes –por Francia, por México- se había pasado doce años metido entre ese cúmulo de palabras hasta dar con las adecuadas, las que sirvieran a ese momento, a esa época, cuyo brillo permanece incandescente hasta ahora.  El Canto General tiene más de quince mil versos. Fue considerado por muchos críticos como un “canto épico” pero los años le han restituido una cualidad más profunda y bella: la de ser una obra de amor. A su Chile natal; a la América indígena de la que su país es parte, a los luchadores como Luis Emilio Recabarren (considerado padre del movimiento obrero chileno). Y también cabe allí el susurro de su intimidad, la confesión sobre su deseo de ser enterrado en Isla Negra, frente al mar, con hueco donde quepa, alguna vez, la mujer amada. 
Y es que para Neruda, no hay una distinción tajante entre el amor romántico y el amor como sentimiento altruista, capaz de impulsar las mayores batallas para que el bienestar de uno sea el bienestar de todos. Sucede que además de ser poeta –considerado uno de los mejores y más influyentes del siglo XX por intelectuales de la talla de Gabriel García Márquez-, Neruda también fue un destacado activista político. Miembro del Comité Central del Partido Comunista, se desempeñó como senador, precandidato a la presidencia de su país y embajador en Francia. 
Para leer una vez más los versos imprescindibles de este Nobel de Literatura, o para descubrirlos, Tiempo Argentino y editorial Planeta presentan la Biblioteca Pablo Neruda/Obras Esenciales. Se trata de doce libros que podrán comprarse en forma opcional en los kioskos a partir del 22 de marzo, cada quince días, con un total de 11 entregas. Como oferta lanzamiento, los lectores del diario podrán adquirir los dos primeros libros –Veinte poemas de amor y una canción desesperada y Cien sonetos de amor- a un precio promocional de 39,90 pesos. 
"Queremos destacar que este año se cumplen dos hitos históricos, que también los remarca la Fundación Neruda, y es que 23 de septiembre se cumplen 40 años de su muerte. Además, hay un aniversario muy importante desde el punto de vista literario: los 80 años de Residencia en la Tierra. Nosotros saldremos con los dos primeros libros de poemas de amor, que lo convirtieron en un autor popular. Donde encontramos un Neruda modernista, son libros que lo acercan a la gente. Pero sin lugar a dudas que el libro que lo consagra es Residencia. Se convierte en un escritor de vanguardia y le abre puertas para transformarse en el gran poeta de la lengua", explicó Alberto Díaz, editor responsable de la Biblioteca Pablo Neruda. Sucedió cuando el miércoles pasado Sergio Szpolski coeditor responsable de este diario, y el presidente del grupo Planeta, Gastón Etchegaray, firmaron el convenio para la publicación de estos textos.
El joven Ricardo Eliécer Neftalí Reyes Basoalto –tal su verdadero nombre- nacido en Parral (al sur de Chile) el 12 de julio de 1904, pasaba los días mirando por la ventana del Liceo de Hombres. Por entonces era un jovencito con una sombra en la mirada por la muerte precoz de su madre, Rosa Neftalí Basoalto Opazo, maestra de escuela fallecida debido a una tuberculosis cuando el chico tenía un mes de edad. Sin embargo, en sus ojos también habitaba la imperecedera curiosidad por esos paisajes imponentes de Temuco con montañas y ríos, donde la familia se había mudado en 1906. 
Sus primeros textos aparecieron reunidos en 1917 en el poemario Crepusculario, que se publicaría recién en 1923. Por aquella época conoció a Gabrielal Mistral, de quien mucho después , durante su época como senador (entre 1945 y 1948) diría: "Lleva en su obra algo subterráneo, como una veta de profundo metal endurecido". Esta poeta ejerció gran influencia sobre el adolescente ávido de lecturas al pasarle material de los escritores rusos y también hindúes de la época. Hacia 1921 y con diecisiete años de edad, comenzó a firmar definitivamente sus trabajos con el seudónimo de Pablo Neruda, esencialmente con el propósito de evitar el malestar del padre por tener un hijo poeta.
En 1921 se radicó en Santiago y estudió pedagogía en idioma francés en el Instituto Pedagógico de la Universidad de Chile. En 1924 publicó su famoso Veinte poemas de amor y una canción desesperada. Se trata de versos influidos por el modernismo, en un momento donde los intelectuales americanos volvían al continente tras su paso por Europa y su inmersión fascinada en los movimientos de vanguardia. Él mismo inició en 1927 su larga carrera diplomática siendo cónsul en Sri Lanka, Java, Singapur, Buenos Aires, Barcelona y Madrid.  En sus múltiples viajes conoció a Federico García Lorca y a Rafael Alberti. El diálogo con estos autores también influyó en su obra y comenzó a decir que lo suyo era "poesía impura", habitada por el liberador influjo del surrealismo.  fuente: infonews.com

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