jueves, 27 de junio de 2013

Después de Piazzolla El pianista y el saxofonista de Escalandrum hablan del nuevo CD del grupo, “Vértigo”.

Para Escalandrum fue como si en los últimos dos años el tiempo se hubiera acelerado. La edición del álbumPiazzolla Plays Piazzolla, a mediados de 2011, fue el inicio de una sucesión de giras, con una presentación en el Gran Rex incluida, una nominación para los premios Grammy y dos Premios Gardel -mejor Album de Jazz y Gardel de Oro- en la vitrina.
“Ni en el sueño más loco podía haber pensado que iba a suceder algo así. El grupo siempre había tenido un desarrollo creciente, pero sostenido; nunca con un salto tan repentino”, dice Nicolás Guerschberg, pianista del sexteto que transcurre su año catorce.
Sin embargo, lejos de recostarse sobre los laureles que les deparó recrear -a su estilo- la obra de Astor, el grupo creado por su nieto Daniel Pipi Piazzolla retomó su camino original, jalonado por cinco discos con música propia, al que acaban de agregarle un sexto, Vértigo, que presentan el sábado a las 21 horas en La Trastienda.
“Un día, después de tocar en el Museo Fernández Blanco, nos juntamos a debatir para qué lado rumbear. Teníamos bastante material, y muchas ganas de mostrarlo”, cuenta Damián Fogiel, saxo tenor de la formación.
¿Era música que ya venían ensayando?

Fogiel: La veníamos ensayando y también tocando. Y lo que sucede es que cuando pasa un tiempo, no es que caduque la música, pero sí te cansa tocarla, pierde vigencia y empezás a sentir que ya no te representa tanto. En este caso, antes de que eso pasara, era necesario convertirla en disco.
¿Por qué lo grabaron en vivo?

Guerschberg: Fue la consecuencia de no conseguir un estudio para grabar, de tener un par de fechas en Boris Club y de jugárnosla.
Fogiel: Si bien la posibilidad de grabar en vivo nos seducía, porque nunca lo habíamos hecho, no fue algo premeditado. Pero lo cierto es que la performance del grupo, en vivo, tiene un plus que nunca habíamos podido reproducir en un disco de estudio.
¿Se toca distinto?

Guerschberg: La adrenalina natural de subir a un escenario hace que sea diferente. No quiere decir que en estudio uno toque frío, pero no está la inmediatez.
¿Sintieron más presión al volver a mostrar su música tras el éxito que tuvieron con Piazzolla?

Guerschberg: No, porque hubo períodos de transición en los que mechábamos ambas cosas.
Fogiel: Le teníamos, y le tenemos mucha fe a esta música. Nos parecía un material muy interesante. Novedoso, para el grupo.
¿En qué sentido?

Fogiel: Dos años de haber estudiado, investigado y tocado la música de Astor nos fue dejando una huella, a nivel individual y colectivo. Y me parece que en algunos aspectos, cambiamos nuestro enfoque. Quizá los cambios sean sutiles, pero edfinitivamente no es la misma música. fuente:clarin.com 

Por Eduardo Slusarczuk

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