Donde y cuando debería esconderme
para que tu presencia no me encuentre,
para que tu fantasma no me sorprenda
otra vez, como siempre desprevenido
Si otra vez me hago o me vuelvo más loco
que tendré que hacer con los besos de nadie,
las ventiscas del viento, la tormenta sin pausa
y las caricias que acarician pero no se sienten
Qué sensaciones con sabor a café y chocolate
transmitirás alguna mañana que no te espere,
el día que como siempre corre mas rápido
que las delgadas agujas del reloj
Transparente y etérea tu figura que desfigura
la verdad mas grande en la mejor de las mentiras.
Los brazos extendidos, los puños apretados
los ojos en la distancia que ya no esperan
pero que igual buscan
Francisco Pradolini Blesa
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