martes, 4 de febrero de 2014

Un “Gente que busca gente” aggiornado "Oscar González Oro" regresó a la conducción de un programa de TV reemplazando a Andrea Politti. Intentó imponer un estilo descontracturado, no cometió furcios y fue autorreferencial.

Oscar González Oro tuvo que aguantarse un poco para debutar como conductor de Los unos y los otros(América). El programa insignia del canal, Intrusos,terminó diez minutos más tarde de lo previsto porque María Eugenia Ritó no paraba de vomitarle a Jorge Rial su voluntad de dejar las drogas (ver Pág. 54). A las 15.30, cuando Los unos y los otros debía comenzar su cuarta temporada, la máxima figura de América -Rial- interrumpió Intrusos para saludar a González Oro, desearle suerte, darle la bienvenida al canal y demás formalidades. Hubo poco más de Ritó y a las 15.40 sí, apareció Oro -traje gris oscuro, camisa rosa, corbata fuscsia, anteojos de marco grueso- para conducir un programa de TV luego de 14 años.
“Entregó diez minutitos tarde, pero valía la pena. Si usted esperaba ver a la rubia bella... No, Andrea (por Politti, la anterior conductora) no está, está el Negrito Oro. Gracias a las autoridades del canal por haber confiado en mí. Gracias por el amor, y el cariño que nos han dispensado en las últimas horas. Vamos a hacer lo mejor dentro de nuestras limitaciones”. Esas fueron sus primeras palabras. Enseguida presentó al panel (ver El panel...) y el primer caso del 2014 de Los unos y los otros, una suerte de Gente que busca gente aggiornado. Los 80 minutos -sin cortes publicitarios- estuvieron dedicados a Ricardo Blanco, un contador de 47 años, de Longchamps, que a los a los 20 se enteró de que era adoptado y está buscando a su madre biológica y a un hermano gemelo.
González Oro entrevistó a Blanco, presente en el estudio, y la jugó de periodista/psicólogo, con preguntas como “¿Para qué querés encontrar a tu madre biológica y tu hermano gemelo? Si encontramos el para qué vamos a encontrar el cómo” (anunció que en todos los programas preguntará el para qué ); “¿Sentiste culpa por haber hecho llorar a tus padres adoptivos?”; “¿Te quedó miedo al abandono?”; y así.
No se privó de citar a personajes famosos, categoría en la que entran desde Erich Fromm, Jung y Nietzsche hasta Jorge Rial. Autorreferencial (“Vas a estar en mi historia para siempre, sos el primer invitado que conozco”; “Yo produzco, hago todo en este programa”), intentó imponer su estilo descontracturado (dijo “en pedo”, “turro”, “carajo”) y casi no cometió furcios. Y se retiró con otra pregunta, dirigida a la audiencia: “¿Cómo vieron todo? ¿Bien?” fuente:clarin.com

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