viernes, 8 de noviembre de 2013

Como un hombre de la calle El ex Beatle paseó su charme y vitalidad en un impecable show con su All Starr Band.

Nadie debería perderse la oportunidad de ver en vivo a Ringo Starr. Su charme y vitalidad pueden ser reveladores aún para los no iniciados. El show de la All Starr Band totaliza en dos horas 24 temas, más la coda con el estribillo de Give Peace a Chance. La versión actual es mejor que la de 2011 gracias al retorno de Todd Rundgren (en un mundo ideal, debería hacer un teatro Opera él solo) y a los aportes de Steve Lukather y Gregg Rolie.
El yeite está en ese universo paralelo donde Ringo es el baterista de clásicos y éxitos ajenos. Rundgren contribuyó a la perfección pop con I Saw The Light, golpeó tamores en Bang The Drum All Day (en ese momento Charly García, mayor difusor local de Rundgren, ocupó su asiento en la platea) y se adueñó de la escena en Love Is The Answer, muy a tono con el mensaje de Ringo, quien en un día cualquiera hace más ademanes de peace & love que en todo 1969. Rolie cantó y tocó un robusto Hammond enEvil WaysBlack Magic Woman/Gyspy queen (el momento donde Ringo se toma un descanso) y Oye como va.
A cargo de casi todos los solos de guitarra, Lukather descolló -aunque en Honey Don’tse extrañó el disciplinado estudio que Harrison hacía de Carl Perkins- y puso a la audiencia en estado Aspen/Horizonte con los hits de Toto: RosannaAfrica y Hold the line.
Además de infaltables como It Don’t Come Easy y Photograph, Starr abrió con el “estreno” Matchbox (primera vez en sus giras), presentó dos canciones de Ringo 2012,Wings y Anthem (“Para los cuatro que compraron el disco”), y rescató la poco interpretada Don’t Pass Me By, cuya primera estrofa cantó acompañándose en piano. Su estrecho registro barítono está casi intacto: irónicamente, suena más joven que McCartney.
Gregg Bissonette es el baterista desde 2008 y se nota que Ringo, cuando se sienta en su Ludwig, está cómodo tocando con él. Reparten los roles: si uno va al hi-hat, el otro va al ride; Bisonette hace la mayoría de los cortes, Ringo prioriza el groove .
Increíblemente, todavía hay quienes dicen que Starr no es buen músico. El genio de Ringo está en representar al hombre de la calle y hacer creer que cualquiera podría haber estado en su lugar. Los momentos más aplaudidos del show fueron dos canciones de McCartney y Lennon con estribillos donde Richard Starkey encarna al inconsciente colectivo: Yellow Submarine (con los efectos de sonido originales) y With a Little Help From My Friends. Cantamos todos, pero Ringo hay uno solo.  fuente:clarin.com  

Por Pablo S. Alonso

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