jueves, 17 de octubre de 2013

SEGUNDO ÁLBUM Los Paquitos estrenan una nueva colección de ritmos latinos El septeto Los Paquitos, un combo que asume versiones y creaciones propias de boleros, rancheras, corridos, joropos, cumbias y vallenatos, estrenará mañana y el sábado a las 21.30 en Buenos Ayres Club (Perú 571) el repertorio reunido en su flamante segundo álbum, “El barco de Sococco”.

El otrora baterista de Los Violadores, Gustavo "Mosco" Martín, miembro fundador y cantante del conjunto, puntualizó en charla con Télam que “cada presentación de Los Paquitos es un espectáculo antes que un show”.

“Capaz que suena medio pacato, pero no me gustan las remeras arriba del escenario y nosotros queremos que cada noche, con su puesta, el vestuario y los maquillajes, sea un evento especial”, señaló.

De cara al par de noches en la sala porteña, adelantó que “vamos a lanzar el disco con una escenografía nueva, más músicos y una performance y un repertorio renovado”.

Pese a estos elementos teatrales presentes en cada noche de Los Paquitos, Martín sostuvo que “no queremos encasillarnos en una propuesta netamente teatral. Lo nuestro es la música y la posibilidad de divertirnos con lo que hacemos”.
La banda que completan Mathías Goyburu (percusiones y coros),

Sebastián Gallinal Alzaibar (bajo, guitarra, clarinete y coros), Juanchi Bidegaray (guitarra y steel guitar), Santiago Weisbek (güiro, bajo y coros), Simone Giovine (acordeón y piano) y Sol Alonso (voz, coros y accesorios), pone a navegar “El barco de Sococco”.

“Desde lo musical añadimos instrumentos nuevos y más presencia de vientos y algunas cuerdas porque nos divierte y nos gusta contar con más colores para jugar”, avisa sobre el rol de invitados estables de Gonzalo Rujelman (percusión), Sergio Bazán (accesorios), Hernán Casarini (saxo), Leandro Merli (trompeta), Ramiro Delforte (trombón) y David Mendoza (violín).

-¿A qué se debe el nombre de “El barco de Sococco” con el que denominan al segundo disco de Los Paquitos?
-Obedece a un chiste interno sobre un barco fantasma que está siempre por naufragar, pero finalmente sale a flote, y que tiene mucho que ver con lo que somos.


-¿Y qué son Los Paquitos?
-Una gran familia que viene toda del rock y donde, salvo el guitarrista, nadie continúa tocando su instrumento madre.


-¿Por qué dejaste el rock?
-Rompí con el proyecto de Los Violadores después de una gira por Latinoamérica y los Estados Unidos y me alejé de la música por cuatro años porque, en lo particular, sentí que el rock me dejó de hablar y para volver a entrar quería hacerlo desde otro lado y sentí que podía convencer a gente que le pasaba algo similar a lo que me ocurría a mí.


-¿Cómo irrumpió la música latina en ese contexto?
-Por un lado, Cromañón hizo imposible tocar y hacer bolero fue un atajo, pero encontrarme con canciones de Chavela Vargas, de Paquita la del Barrio (de donde viene el nombre la agrupación) y del flamenco me acercó a un montón de temáticas que tenían más que ver con lo que me pasaba y ninguna de esas músicas llevaba batería.
Entonces tuve que aprender a dialogar con otros sonidos y espiritualmente me parecieron más rockeros que el rock. Por ahí un joven puede conocer un determinado bolero por Luis Miguel, pero bolero es José Alfredo Jiménez, gente con un talento increíble y con letras bastante pesadas.


-¿Sienten que de algún modo rescatan esas tradiciones musicales?
-¡No! No nos ponemos la meta de rescatar ni de copiar ningún género sino que tomamos lo que escuchamos y los hacemos a nuestro modo.


-¿Cómo son los shows de Los Paquitos?
-Vienen personas de todas las edades y conviven de una manera muy particular y la gente mayor muestra mucha admiración y respeto. Hay mucho levante medio de casualidad porque el show está armado con cosas más tranquila al principio con boleros, rancheras y joropos y al final hay cumbias y vallenatos con los que la gente se pone a bailar aunque los vallenatos que elegimos tienen unas letras dramáticas. fuente:telam.com.ar

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