Hoy, en el Auditorio de Belgrano y con entrada gratuita, auspiciado por el Plan Nacional Igualdad y la Secretaría de Cultura de la Nación, el pianista Horacio Lavandera tocará Mozart y Piazzolla junto con la Camerata Bariloche. Luego saldrán de gira por el interior.
Nada queda de aquel chico tímido, de discurso lacónico y susurrante. Hoy habla fuerte, gesticula y hasta señala el puesto de cada uno en su batalla por la divulgación de la música clásica. “Somos cuarenta millones y estamos muy lejos de que todos escuchen a Mozart”, afirma enérgico. “El camino de divulgación de la música clásica no termina. Quienes estamos en la cultura tenemos que pensar en herramientas para divulgarla. No con un concierto cerrado en el Colón -de esta forma sólo se consigue la muerte de la música clásica-, hay que abrirse con coraje.
La falta de masividad del repertorio podría tener que ver con su vitalidad. La “Pequeña Serenata Nocturna” que toca la Camerata, por ejemplo, es muy conocida. ¿Pero aún muestra vitalidad?
¿Los 40 millones escucharon la Pequeña Serenata Nocturna en vivo? No. Hay que trabajar para que lo hagan.
Ha servido de jingle. ¿Qué aportará la versión de la Camerata?
No lo sé, es probable que yo no la dirija, pero por los conciertos de piano puedo asegurar que es la versión de Horacio Lavandera respaldado por Badura Skoda, Frederick Neumann, Charles Rosen y el tratado de Leopold Mozart.
¿Los lugares donde tocarán tienen buenos pianos?
No, ni en Buenos Aires hay buenos pianos. Hay que comprar un gran cola por provincia. Se gasta en la reparación del Colón, pero no se piensa en los pianos.
No hubo inversión en infraestructura para la música durante muchos años. Tal vez hay mejores sueldos y subsidios para giras como las que harás, pero no hay más que eso.
Por eso estos conciertos, al aire libre, para que mucha gente se involucre y reclame.
¿No ves demagogia en esos conciertos al aire libre y mal amplificados?
Creo que hay masificar esta música. Hay conciertos en el Central Park, también en Madrid.
Con buena amplificación… De acuerdo a las posibilidades.
Algunos lugares donde tocarás están anclados en la historia. La música clásica no llegó pero tampoco llegó el gas, las cloacas o la luz.
Hay que ir al lugar más alejado con la mayor alegría. En cada casa debería haber un instrumento. El ejemplo no está lejos de aquí: es Venezuela. fuente:clarin.com
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