miércoles, 26 de junio de 2013

"PABLO TOZZI" Llegó la hora de la canción Contrabajista y compositor, ahora se define como cancionista y cuenta que de niño quería ser como Serrat. Mañana actúa en Boris.

Tarea difícil la de encasillar a Pablo Tozzi. Creador, junto a Hernán Ríos y Gustavo Alvarez –después reemplazado por Norberto Minichilo-, del trío de jazz El Terceto, en los ’90; parte de los tríos de Horacio Larumbe y Santiago Giacobbe, en tiempos momentos compartidos con participaciones en grabaciones y shows de artistas como Hugo Pierre, `Fats´ Fernández, Raúl Carnota, Mono Izarrualde y Ernesto Jodos, entre otros; el contrabajista presenta mañana a las 21.30, en Boris, De cómo la luna despertó a los girasoles, cuarto álbum grabado junto a su trío, que completan Néstor Lamónica y Sebastián Jakimczuk.
" A lo largo del tiempo que venimos trabajando juntos, hubo una evolución gradual marcada por el aumento de protagonismo de las letras y la voz”, dice Tozzi, en busca de precisar las coordenadas en las que ubica su nuevo trabajo, en el que sus influencias adquiridas en su paso por el jazz y el folclore son sometidas al formato de la canción.
¿En qué momento la canción asume el rol protagónico en tu carrera?

Es algo que estuvo siempre. En El Terceto se esbozaban algunas cosas que me permitían cantar pedacitos. Más adelante, el primer disco del trío fue una búsqueda algo confusa, con una pata en el jazz y otra en el folclore. Hasta que un día lo asumí del todo. “Me gusta hacer canciones”, me dije. Y chau.
En paralelo con esa evolución del lenguaje cantado, se percibe una simplificación en el lenguaje musical. ¿Lo sentís así?

Sí. No es que haya abandonado lo demás. Yo sigo acompañando a músicos de tango, de jazz. Pero lo cierto es que, de chico, yo quería ser (Joan Manuel) Serrat. No quería ser Ron Carter. Ni siquiera quería ser Charly (García), cuyos discos salía corriendo a comprar apenas salían. Y de ahí para acá, siempre me gustaron artistas que trabajan en ese registro, como Chico Buarque, Jorge Drexler...
¿Componés pensando en el trío?

No. Cuando las hago, tienen que sonar bien así solas. Con que suenen con la guitarra o el piano, ya está. Después, vemos. Al mismo tiempo, es importante que la letra se la pueda bancar sin música. Creo que aprendí haciendo. Y el aprendizaje, como todo, está en lo que experimentaste de chico, en lo que escuchaste.
¿Y vos qué escuchabas?

El nuevo cancionero latinoamericano. Tipos como Silvio (Rodríguez), que con una guitarra, son una cosa tremenda. Más atrás, cuando era chico, a veces caía Mercedes (Sosa) a la casa de mi abuela y cantaba. Yo mamé todo eso, de los que me parece que son los mejores maestros. Y luego pude compartir muchas vivencias y músicas con grandes músicos.
¿En qué medida atravesar las fronteras entre diferentes géneros amplió o redujo tu radio de acción a la hora de salir a tocar?

Al encarar el camino de la canción, cuando venís del jazz, se paga un precio. Los jazzeros subestiman la canción, porque el solo o el acorde raro quedan en un segundo plano. Lo que pasa es que a veces, el solo hasta llega a ser grasa, porque es un lugar común. Es como una fórmula. Pero lo cierto es que en el momento de pensar una carrera artística, cambiar tanto es una macana, porque para el folclorista soy jazzero y para el jazzero soy folclorista.
¿Y para el que hace canciones?

No tengo idea (risas).
fuente:clarin.com 

Por Eduardo Slusarczuk

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