lunes, 24 de agosto de 2015

Una visita de lujo en Buenos Aires "Jean Paul" “Bluey” Maunick, de Incognito.El líder de la banda referente del jazz funk británico habla sobre su música. El martes toca en el teatro Opera.

Jean Paul “Bluey” Maunick alega ser mucho más que un músico. Compositor, guitarrista y productor de discos de Stevie Wonder, entre otros, fundó en 1980 Incognito, banda referente del funk jazz británico. Pero además estuvo involucrado en los inicios de la música dance a mediados de los 80’, sostiene una banda de smooth jazz -Citrus Sun- y, a sus 58 años, está por armar un grupo de música electrónica.
Oriundo de las Islas Mauricio, pero criado en Inglaterra, Maunick es un incansable trotamundos en busca de nuevas músicas que lo inspiren, y recluta jóvenes talentos en lugares diversos como Portugal, Italia, Indonesia o Filipinas, donde asegura que hay más de 30 bandas de covers de Incognito. De ahí que entre miembros fijos e invitados, su banda insignia renueva integrantes casi como un plantel de fútbol ascendido a Primera. En sus 12 discos de estudio, la única que se ha mantenido estable es la cantante norteamericana Maysa Leak.
Con 35 años de carrera a cuestas, Incognito llega por primera vez a Buenos Aires para presentar los temas de su último disco Amplified Soul, el martes, en el Teatro Opera Allianz. Para alegría de sus seguidores, también repasará su larga discografía. “No me gusta cuando los músicos llegan a un show y hacen todos los temas nuevos. Queremos que la gente sienta una conexión con nuestra música. Y luego entretenerlos con algo fresco, y mostrarles los músicos. Ellos conocen nuestra música pero no a la gente que integra Incognito. Y para conocer Incognito, tenés que conocer su pasión”, explica.
Lleva 35 años de carrera y es su primera visita al país. ¿Por qué?
Es demasiado tiempo. Lo soñé tantas veces. Me he levantado en medio de la noche pensando que estaba en Buenos Aires. Va a ser muy especial. Porque para mí lo más importante después de la música es viajar. Yo nací en un isla muy chiquita llamada Mauricio (África) y sueño con viajar desde que tenía cinco años.
“Amplified soul”, su último álbum, suena al disco-funky bien de los 70’. ¿Nota un revival del género?
En mi caso, nunca es un regreso o una repetición de un estilo. O sea, de vez en cuando hacés algo que la gente dice: ‘suena a esto’. Hicimos un tema que se llama Hats, que es básicamente motown con algo de twist; el groove no está tan lejos de Happy. Y dijimos: ‘Vamos a hacerlo para reírnos’. Entonces, a veces es divertirse y nada más; no tratamos de competir con Pharrel Williams. Los músicos hacen discos de hits con demasiada frecuencia, como tratando de venderte algo. Para mí es más importante la conexión con mi banda, hacer nuestra experiencia y luego sentir la alegría de compartirla.
Hace poco sacaste el solista “Life Between the Notes”, un disco más jazzero y soulero. ¿Te sentís más cómodo en ese género?
No, yo hago de todo. No soy sólo un músico. Soy un tipo que se interesó por la música dance, que se asoció con algunos de los mejores DJ’s del mundo cuando era un veinteañero. Y ahora tengo casi 60 y mi mundo es salir a discotecas de dance o ir a ver a una banda fresca como Little dragons, no para copiarlos, sino como cualquier libro o película que te puede inspirar. Porque no siempre tengo que recurrir a Stevie Wonder, a Marvin Gaye, o a Stravinsky. Hay un mundo de músicas que muchas veces los artistas no exploran porque se quedan en un territorio de comodidad. fuente: http://www.clarin.com/extrashow/musica/

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