martes, 30 de junio de 2015

"Valeria Lynch" fue ovacionada de pie en el Teatro Colón Una artista popular en un escenario histórico La cantante brindó anoche dos shows a sala repleta. Junto a una orquesta sinfónica, repasó su carrera.

Pisó el escenario más importante del país con total autoridad. Una historia de 45 años de meritoria popularidad respaldó esta merecida circunstancia. Valeria Lynch fue recibida anoche en el Teatro Colón por un auditorio que la ovacionó de pie. Por cierto, la relación de la música popular con este ícono de la cultura nacional es sinónimo de homenajes, y de eso se trató este concierto.
Un encuentro impactante entre la artista y su público; un mundo básicamente femenino que encuentra en Valeria una voz, una forma expresarse que supera lo estrictamente artístico para instalarse en lo esencialmente emotivo. Lynch conoce a su público, lo intepreta en cada canción.
Una introducción de tono altisonante de Oscar “El Negro” González Oro puso al público en estado de tensión para recibir a la cantante que llegó acompañada por un importante currículum que incluye 15 millones de discos vendidos, discos de oro, de platino, haber compartido escenarios con Ray Charles y Tina Turner, y a la que llamó “La voz femenina de la canción”.
De vestido negro con brillos la cantante estuvo acompañada por la Orquesta Sinfónica de Buenos Aires, dirigida por Gerardo Gardelín y un coro polifónico bajo la batuta de Hernán Sánchez Arteaga interpretaron sin altibajos catorce temas que fueron religiosamente coreados por un teatro a tope.
Lynch entró a ese Olimpo que construye poco a poco el teatro Colón con los artistas populares. Hasta ayer sólo habían subido a ese escenario Mercedes Sosa, Charly García y Gustavo Cerati.
Abrió la noche con Me das cada día más, que llevó al público a una nueva muestra de amor hacia la artista. Ni siquiera la estilización de los arreglos para este puñado de canciones le quitó fuerza o expresividad a su voz. Con un registro importante, la voz de la Lynch quedó siempre por encima de la orquesta; esfuerzo que a lo largo de la noche no le restó potencia.
Desde lo alto del Colón se percibió con más claridad esa fuerte relación que existe entre la cantante y su auditorio. Es sencilla, directa y esa parece una de las claves para que se produzca esa proximidad. Cuando Valeria habla el público escucha. Y él también entiende los silencios de la artista que pueblan de “gracias, diva, diosa, te amo”. Por lo pronto podría definirse como un amor incondicional.
Hizo Señora amante, que terminó cantada por el auditorio, y La extraña dama, que prologó con un “¿se acuerdan de esta canción?”. También una versión de Nada que dejó hipnotizado al público hasta su final. Luego siguió subiendo la apuesta y cantó No llores por mí, Argentina, de la ópera Evita, y entonces llegó otra ovación, esta vez de pie.
En todo momento, Valeria depositó en su público la principal razón para haber llegado al Colón. “Agradecida de ustedes, de todo lo que me dan”. Agradeció también, no obstante, a Mauricio Macri, a la candidata a gobernadora bonaerense María Eugenia Vidal y al artífice de estas reuniones Avelino Tamargo. Quizás otras de las principales señales del concierto fue el respeto, desde el escenario al auditorio y viceversa.
Como invitado estuvo el chileno Luis “Lucho” Jara, un cantante a la altura de la anfitriona para hacer Amada mía. Luego hubo un tributo a Luis Alberto Spinetta con Muchacha (Ojos de papel) y llegó el final con un poupurrí de Como una loba y Fuera de mi vida, coreado todo por el Colón. Pero debió regresar dos veces. Lo hizo para hacer interpretar de excelente manera Piensa en mí, y terminó con el clásicoMe das cada día más.Fin de un concierto muy emotivo, sin ninguna fisura, en el que el público sintió a la artista en toda su plenitud. Una voz que define a la mujer como la heroína en la música popular. fuente. clarin.com

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